viernes, 31 de diciembre de 2010

Bienvenido 2011

El 2010 termina en pocas horas. La mesa en mi casa está puesta, mi mamá y mi hermana se están arreglando para la cena, las uvas listas…huele a 2011.

Para mi, el año que termina estuvo lleno de las peores (aunque LA peor se quedó en el 2009) y de las mejores experiencias de mi vida. Hubo grandes retos y grandes cambios. Pero en los últimos meses, todas las piezas fueron tomando su lugar y, por consiguiente, yo fui encontrando mi lugar. Mi lugar en mi familia, mi lugar en el DF, mi lugar en Puebla…
Hoy, a unas horas de concluir el 2010, me atrevo a decir que este ha sido el mejor año que he vivido hasta ahora. Y considero que esta búsqueda y encuentro conmigo y los papeles que me corresponden ahora sin duda han hecho que valgan la pena la crisis y las confusiones existenciales que viví la primera parte del año. Por supuesto, sin esas confusiones que hicieron que me diera cuenta que tal vez no sabía realmente cual era mi lugar, no me hubiera dispuesto a buscarlo.

Con todo esto trato de encontrar una manera no tan cursi (aunque, como siempre, mis intentos de escribir reflexiones no tan cursis terminan pareciéndome muy cursis) o no tan trillada de desearles un buen 2011. No deseo que “se cumplan” todos sus deseos, porque el año 2011 puede traer consigo muchas cosas: oportunidades, experiencias, aciertos y errores, pero les aseguro que el año 2011 no trae consigo una lámpara mágica. Lo que sí deseo, es que esos aciertos y errores, y esas oportunidades tomadas o rechazadas (que en cualquier caso son muy buenas experiencias), les sirvan como cimientos para ir construyendo sus aspiraciones.

Al término de este año que personalmente fue tan edificante pero que, dada la situación de México, no puedo dejar de considerarlo un tanto desesperanzador y decepcionante, me dieron ganas de compartirles esto dentro de la felicitación por el año que se avecina. Sé que no es la intención en muchos casos, pero el hecho de desear que “se cumplan” todos los deseos de los demás me parece un reflejo de nuestro problema como sociedad. La creencia de que el gobierno, o nuestros papás, o cualquier persona ajena allane el terreno para que pasemos sin dificultades ni tropiezos y lleguemos directo a donde nos dirigíamos.  La verdad es que todo lo que va a tener de bueno y de malo el 2011 lo haremos nosotros y habrá que irlo armando poco a poco y no olviden que tanto lo bueno como lo malo edifican. Así que, con todo el aprecio y cariño que les tengo, les deseo que todo lo que suceda en el año que está por llegar sea una herramienta más para que construyan lo que tienen en mente. Pero también tengo una gran esperanza de que a la vez, todo eso que construyamos como logro personal vaya sirviendo de cimiento para la construcción de un mejor país.

Sin más que decirles, les deseo un muy buen año nuevo y les mando un fuerte abrazo a todos.